Por definición, los reflejos siguen el mismo patrón: una reacción inconsciente responde a un estímulo. No tenemos que pensar en reflejos, nuestros cuerpos los ejecutan automáticamente. Son innatos para cada ser humano y protegen nuestra integridad física. Pero, ¿qué tienen que ver los reflejos con el comportamiento seguro en el lugar de trabajo? Mucho, como lo revelará esta nueva publicación en nuestro blog. Esto se debe a que los reflejos no sólo son innatos, sino que también pueden ser entrenados específicamente y por lo tanto, pueden marcar la diferencia entre que ocurra o no un accidente grave.
¿Qué se entiende por un reflejo?
Los reflejos son reacciones “automáticas” de nuestro cuerpo a ciertos estímulos y tienen como objetivo protegernos de lesiones. Por ejemplo, este mecanismo del sistema nervioso evita que nos caigamos al impedir instintivamente nuestra caída y así evitar lesiones graves.
Un reflejo siempre sigue el mismo patrón:
- Hay un estímulo externo.
- Mostramos una reacción involuntaria.
- Hacemos algo que nos protege en el momento decisivo.
El factor decisivo es que un reflejo es una reacción más o menos automática. Sin que tengamos que pensar en ello, nuestro cuerpo simplemente hace lo correcto. El ojo se cierra para que nada lo golpee y la mano se retira de la estufa caliente.
¿Se pueden entrenar los reflejos?
Muchos reflejos, como el reflejo de parpadeo y el movimiento de nuestras extremidades por reflejo, son innatos para nosotros. Pero también adquirimos reflejos al experimentar situaciones que se repiten constantemente y a las que siempre reaccionamos. Mientras conducimos, por ejemplo, involuntariamente pisamos los frenos cuando algo se atraviesa delante de nosotros, ya sea humano o animal.
El mecanismo de la respuesta involuntaria a un estímulo particular puede transferirse a nuestro manejo y conocimiento de los riesgos de seguridad. El entrenamiento mental nos permite entrenar nuestros reflejos para protegernos en el momento crucial. Por ejemplo, podemos reaccionar adecuadamente si nos cansamos y corremos el riesgo de cometer un error crítico que pueda provocar un accidente. Nuestros reflejos nos protegen automatizando el comportamiento seguro.
Crear conciencia de situaciones críticas
Podemos utilizar este patrón de estímulo y respuesta para mejorar nuestra seguridad personal. La estrategia detrás de esto es adquirir y fomentar una respuesta automática a un estímulo externo: el primer paso es tener la conciencia y el segundo paso es cambiar los patrones de comportamiento. Por ejemplo, las reacciones automatizadas que representen un riesgo pueden convertirse en un comportamiento seguro que mejore la seguridad. Para eso, es necesario cambiar el patrón de estímulo-respuesta.
Al implementar la capacitación de seguridad de SafeStart, podemos cambiar este patrón de reacción. Nuestro objetivo es aumentar la conciencia de este estímulo externo para que se le pueda reconocer. Para hacerlo, cuatro estados emocionales y físicos son cruciales: nos encontramos con estos todos los días y cuando estamos en estos estados, tendemos a cometer errores críticos, en algunos casos, con consecuencias graves:
- Prisa
- Cansancio
- Frustración
- Autocomplacencia.
Por eso, nadie consideraría demasiado arriesgado pasar un día de trabajo en una fábrica de producción de madera. Sin embargo, si durmió mal la noche anterior (cansancio), por ejemplo, y acaba de enterarse de que tendrá retraso en un trabajo programado para la próxima semana (frustración), entonces, de repente, puede encontrarse con varias situaciones. Mientras está pensando en otras cosas, puede chocarse con materiales almacenados y lesionar el pie de su colega o puede programar la máquina de corte de forma incorrecta y producir unos metros cúbicos de desechos que ya no se pueden usar.
Por lo tanto, es importante reconocer estas condiciones previas y luego comportarse apropiadamente. Con nuestro entrenamiento de seguridad, le ayudamos a abandonar este patrón de condición-error. Esto se debe a que el entrenamiento de seguridad de SafeStart toma el primer elemento de la reacción en cadena como punto de partida: el estímulo. En lugar de la reacción precipitada “usual” que resulta de uno de los estados mentales (estímulos) mencionados anteriormente, más bien se da cuenta de la situación actual y eso cambia fundamentalmente el comportamiento (reacción).
Esto nos ayuda a evitar accidentes por un lado y transforma la espiral negativa en un mecanismo positivo. Reconozca su estado emocional o físico y cambie su comportamiento mucho antes de que ocurra un error. Con SafeStart, usted y sus empleados aprenden a comportarse automáticamente de manera más segura y efectiva, evitando accidentes relacionados con el trabajo sin siquiera pensar en ellos.
Aplicación de los reflejos: esto es lo que significa
Sean innatos o aprendidos, los reflejos sirven para protegernos. Son extremadamente buenos porque trabajan en tiempo real e incluso cuando los conocimientos de seguridad adquiridos técnicamente van quedando en un segundo plano. Con la capacitación adecuada, puede reducir los accidentes y las lesiones y mantenerse seguro en todo momento.
(Imagen: © Robert Kneschke | stock.adobe.com)