Práctica Vs. Teoría por
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#9 Competencia, autocomplacencia y lesiones mortales: la naturaleza contraintuitiva de incidentes graves y mortales.

por Mackenzie Wilson / Resumen de los Paneles de Expertos SafeConnection

El autor de SafeStart y moderador de SafeConnection, Larry Wilson, no solo se dedica a leer resúmenes: profundiza donde otros solo pasan por encima para llegar a los detalles más reveladores.

Tras examinar más de 400 informes detallados de investigación de accidentes, Larry halló que más del 45 por ciento de las víctimas mortales eran personas mayores de 50 años. De hecho, la mayoría eran profesionales con una larga experiencia en su puesto. Para algunos, esto puede resultar poco lógico. ¿No sería menos probable que sufrieras lesiones cuanta más experiencia tienes, más aptitudes? Y siguiendo esta lógica, ¿no serían los trabajadores nuevos y jóvenes con menos experiencia o formación más propensos a sufrir lesiones?


Este sorprendente patrón (también se acaban de publicar resultados similares en el Reino Unido) trajo a colación las palabras de un veterano profesional de la seguridad en el trabajo de hace más de 30 años: «Larry, los jóvenes se lesionan más que los mayores, pero son los mayores los que mueren». Por aquel entonces, Larry no entendió la lógica de esta frase, pero identificó un fenómeno que necesitaba de una mayor aclaración.

Por desgracia, el elemento de la edad sigue siendo de gran relevancia en la actualidad que, por aquel entonces, y esa es la razón exacta por la que invitó a ocho ponentes más, para hablar de competencia, autocomplacencia y lesiones graves y mortales (SIF, por sus siglas en inglés) durante esta serie de Webinar de SafeConnection

Al principio, Larry sondeó a los ponentes para ver si ellos también identificaron esta tendencia en sus lugares de trabajo: por lo general, la respuesta fue afirmativa:

El hecho es que nuestros cerebros están programados para ser complacientes, y la psicología que se superpone a esa fisiología juega un papel igual de decisivo:


Larry Wilson, de SafeStart, nos cuenta «la cantidad de veces que un alto directivo me ha preguntado “¿cómo puede ser alguien autocomplaciente con 13 800 voltios?”» Y yo siempre les contesto: «de la misma forma que tú eres lo suficientemente autocomplaciente como para quedarte dormido al volante». Haciéndose eco de ello, Jim Spigener dice: «durante las primeras dos semanas en las que trabajé en una planta de cianuro estaba aterrorizado… tras varios años ya cazaba fugas de cianuro con la nariz». Un ser humano se puede acostumbrar a cualquier nivel de riesgo. Si se expresa de esta forma, tiene sentido. Sin embargo, para muchas personas, la idea de que alguien pueda volverse autocomplaciente con cantidades elevadas de energía peligrosa es difícil de aceptar.


Ante estos retos, ¿qué se puede hacer a modo de prevención o de mitigación? ¿Cómo podemos reducir el nivel elevado de desproporción de accidentes graves y víctimas mortales entre trabajadores de 50 años y mayores? La respuesta está en la mentalidad del liderazgo y en la preparación del proceso:


Caso práctico: Jack Jackson (consultor principal, SafeStart) comparte una escalofriante historia sobre un incidente grave y mortal que ocurrió bajo su supervisión. El empleado era un contratista rutinario que se encargaba de las plataformas de los muelles. Jack se dio cuenta de que no estaba usando el brazo de seguridad: «Fui hacia donde estaba y le pregunté si no debería estar utilizando el brazo de seguridad», recuerda, «y él me dijo que “hacía años que lo estaba haciendo de esa forma”». Sonó la alarma para un descanso.

Jack, al regresar, fue a buscar al empleado. Cuando llevaba bastante tiempo buscándolo, se percató que el empleado se había quedado atrapado debajo de la plataforma del muelle, justo debajo de él.

«Lo único que podía pensar», recuerda Jack, «era ¿cómo podía ser que alguien que había estado haciendo aquello de esa forma durante años podía cometer un error tan grave?». Probablemente, la primera vez que el hombre hizo aquello pensaría para sus adentros: “¿Qué pasa si esto se cae?”. Y seguramente lo pensaría también la segunda y tercera vez. Sin embargo, al cabo de una década más o menos, seguramente ya no se lo volviera a preguntar. Aquel hombre sobrevivió, pero se quedó paralizado del cuello hacia abajo y perdió el habla para siempre».

 


Y este ejemplo tan trágico lo aclara, el problema de la competencia y de la autocomplacencia se puede complicar aún más con contratistas externos: «¿Cómo se crea una cultura de resiliencia con los contratistas?» Larry pregunta a los ponentes:


Advertencia: No desacreditemos la importancia de las aptitudes: ¡no queremos electricistas, mecánicos, operadores de grúa o incluso conductores de carretillas elevadoras que sean incompetentes! Esto es especialmente cierto cuando se trata de contratistas: es de obligado cumplimiento garantizar que el personal tenga una formación y certificación adecuadas y que lleven a cabo sus trabajos de forma correcta.


Aunque a primera vista la naturaleza de los accidentes mortales no parece tener lógica, cuando se examinan los impulsores, nos damos cuenta de que la experiencia engendra autocomplacencia: la combinación de esta última con lo inesperado significa que las situaciones diarias tienen el potencial de intensificar hasta los errores más básicos, como una pérdida de equilibrio, para sufrir una lesión grave o mortal.

La última palabra de este tema vital la tiene el autor de SafeStart y moderador de SafeConnection, Larry Wilson: «Aunque los errores humanos son inevitables e impredecibles, los estados que los provocan no lo son. Eres consciente del momento en el que vas a sentirte cansado cada día, y que lo más probable es que te recuperes en 5 o 10 minutos. Eres consiente del momento en el que lo más probable es que tengas prisa. Eres consciente de las personas y las cosas que te generan frustación, y también puedes predecir, con bastante precisión, los momentos en los que lo más probable es que te vuelvas autocomplaciente o vayas con el piloto automático. Por ese motivo, lo único que necesitas hacer es pensar sobre los cuatro estados, en especial sobre la autocomplacencia, ya que pasa desapercibida –en el momento– y hacerte la pregunta de, en una escala del 1 al 10: «¿Cuál es mi nivel de complacencia con este trabajo o tarea?» En otras palabras, podemos vencer la autocomplacencia, pero tenemos que poner las herramientas en manos del trabajador para hacerlo. No se va a conseguir simplemente colocando carteles que digan: “Piensa de forma segura”»


Puntos clave

  • La autocomplacencia es un rasgo humano, y los más experimentados son más propensos a ella.
  • Modifica el diseño del trabajo para que los trabajadores puedan evitar rutinas monótonas.
  • Presta atención a las catástrofes: tómate en serio todos los informes de cuasi accidentes.
  • aUna perspectiva externa puede sacar a relucir una autocomplacencia pasada por alto.
  • La supervisión de los contratistas exige un compromiso adicional.
¹ Basado en paneles de SafeConnection en Norteamérica, Europa, Medio Oriente, India y Asia.
² Todas las opiniones aquí expresadas son exclusivamente de los ponentes. No reflejan necesariamente las opiniones ni los puntos de vista de SafeStart y las empresas participantes.
³ Para obtener más información sobre los paneles de expertos de SafeConnection y para ver sesiones pasadas o actuales, visite https://uk.safestart.com/safeconnection/.

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