Las mejores empresas son aquellas en las que los empleados se preocupan más allá de sus propios intereses y se identifican profundamente con el sentido de su trabajo. Esto genera una cultura sana dentro de la organización, con la seguridad de todos los implicados como valor fundamental.
Para los supervisores y directores de seguridad, SafeStart aporta estrategias y competencias prácticas para asegurar el apoyo del trabajador a nivel de la seguridad. La visión común arraigada en la metodología SafeStart hace que la cultura de la seguridad en una organización se reforzará y profundizará a largo plazo.
Un lenguaje común para la seguridad
SafeStart proporciona un vocabulario común y promueve un enfoque sin juicio de valor en el que la culpa nunca es inferida y las conversaciones eficaces sobre seguridad son la norma. Como resultado, todos los integrantes de la organización, desde los ejecutivos a los proveedores, quedan facultados con terminología neutra para abordar un problema en particular. En consecuencia, cuando un supervisor exclama “ojos en la tarea”, no habrá ninguna ambigüedad: el permanecer concentrado, minimizará el riesgo de lesiones. Las palabras no se percibirán como increpantes o críticas, y cualquier confusión sobre el asunto en cuestión quedará excluida.
Este lenguaje común, respaldado por las experiencias compartidas a través de prácticas sobre el terreno o narraciones en sesiones de seguridad, fomenta las conversaciones más productivas y hábiles sobre el asunto con naturalidad.
Liderazgo
El apoyo de la directiva es vital y puede hacer o deshacer cualquier intento de transformar la cultura de la seguridad en la empresa: sin la implicación de los directivos, los integrantes de otros equipos fracasarán.
Asimismo, los trabajadores que perciben el compromiso con la seguridad desde los estamentos más altos se apuntarán con entusiasmo, sobre todo si sienten que aquellos que dirigen la organización tengan presente el bienestar de su gente en todo momento. A su vez, esta preocupación más extendida revierte con beneficios, ya que afecta directamente la vulnerabilidad a errores costosos.
Como SafeStart evita señalar las soluciones con el dedo y, entre otras cosas, apoya el fomento de la concienciación en materia de seguridad, ayuda a todos los implicados a cultivar mejores hábitos: el énfasis, por lo tanto, se traslada a la prevención antes que la cura, o el castigo. Además, el programa ofrece a los directivos los recursos adecuados para desarrollar las competencias de los trabajadores que, en cualquier situación y cualquier momento, socavan las consecuencias negativas de las tareas emprendidas por personas que se sienten apresuradas, frustradas, cansadas o autocomplacientes.
Compromiso de los empleados
Nuestra larga experiencia nos ha enseñado que el tradicional enfoque burocrático hacia la seguridad en el trabajo funciona, pero que tiene un recorrido limitado. Las organizaciones necesitan mirar más allá de los riesgos y peligros, y a las personas y a los factores humanos que influyen en ellas.
SafeStart está diseñado para proteger a las personas en todo momento y facultarlas con las competencias necesarias para aumentar la concienciación y minimizar los errores que causan lesiones. Ayudar a las personas a reflexionar y a mejorar su enfoque personal hacia la seguridad en cada aspecto de sus vidas, las invita a incorporar nuevas competencias y cambiar los hábitos con naturalidad. En consecuencia, cuanto más se revoluciona la cultura de la seguridad en una organización, inevitablemente conducirá a la disminución de los costes y la prevención de pérdidas de productividad.
Para descubrir más sobre el cambio de cultura, eche un vistazo al artículo sobre la cultura de la seguridad y el cambio organizativo (en inglés).
También puede leer muchos casos prácticos de clientes que describen los beneficios permanentes que SafeStart ha dejado en la cultura de sus propias organizaciones.