La rutina nos hace más rápidos, y permite que los riesgos de seguridad aumenten. Al optimizar los procedimientos de trabajo, se reduce nuestra conciencia de los riesgos y la seguridad. Por tanto, es aún más importante reconocer el estado de autocomplacencia a tiempo.
El estrés tiene muchas caras. El estrés en el trabajo a menudo se convierte en estrés y frustración. Esto sucede sin que nos demos cuenta. El peligro: nos volvemos más vulnerables a los errores que pueden provocar lesiones y accidentes.
Los errores humanos siempre pueden suceder, sin embargo, es posible cometer menos errores a largo plazo. La clave es interpretar las señales de advertencia correctamente para que pueda evitar estos errores involuntarios, ¡sistemáticamente y en tiempo real!
Los errores cuestan tiempo, dinero y causan lesiones y accidentes. ¿Cómo se producen realmente? La prevención eficaz de errores depende de encontrar el punto de partida correcto en el patrón de riesgo a error: al comienzo de la reacción en cadena.
Cometer errores es humano. Si los errores humanos son críticos, esto puede tener consecuencias de largo alcance, tanto para la seguridad ocupacional como para el éxito corporativo. Es aún más importante para la dirección de la compañía considerar los factores humanos.
Los adultos sufren menos lesiones que los niños porque aprenden a evitar el dolor, sin embargo, el aprendizaje disminuye y la seguridad personal se estanca. ¡Eso por qué nos volvemos autocomplacientes y sobreestimamos nuestras propias habilidades de seguridad!