#12 – Lo que realmente causa prisa y una perspectiva diferente sobre el compromiso de los empleados
Incluso con una buena planificación, es muy fácil tener prisa en la vida cotidiana. Las reales causas a veces pasan desapercibidas. Descubra los métodos que pueden soportar dramáticamente la prevención de errores, la eficiencia y el compromiso de los empleados.
Hemos llegado a la última entrega de nuestra serie Rompiendo Paradigmas: ¡Permítanme comenzar expresando mi agradecimiento por su continua atención! Anteriormente, abordamos la cuestión de cuántos errores ocurren diariamente como resultado de la prisa, la frustración, el cansancio o la autocomplacencia, estos últimos casi siempre juegan un papel directo o indirecto. En nuestro artículo final, analizamos las causas reales de la prisa y compartimos técnicas para optimizar la seguridad de los empleados.
Al principio de la serie, vimos cómo nuestros estados físicos y emocionales, tanto individualmente como en combinación, pueden conducir a malas decisiones críticas o incluso peligrosas. Imagínese a un grupo de trabajadores atrasados en la entrega de un gran proyecto, tentados a eludir los dispositivos, reglas o protocolos de seguridad, como por ejemplo, una evaluación de riesgos. Ahora es cierto que las personas cuando tienen prisa, pueden auto-activarse, es decir, darse cuenta de que su capacidad de toma de decisiones se ve comprometida, sin embargo, sería prudente preguntar qué causa la prisa, en primer lugar.
Pregúntele a alguien sobre algún evento en particular en el que haya tenido un arrebato de pánico, y la respuesta casi siempre implicará una mala planificación, ¿Pero alguna vez ha planificado tener prisa? Seguramente no, ya que es muy desagradable y estresante. Nunca oirá a nadie decir: “Quedémonos un poco más y disfrutemos de otro café. Cuando lleguemos a el aeropuerto, podemos pedirle a alguien que nos deje saltar la cola, entonces podemos salir corriendo y tomar asiento justo a tiempo, felices de que todo haya salido según lo planeado”. Ese tipo de cosas simplemente no suceden. Es mucho más probable que tengamos prisa por coger un avión, cuando de camino al aeropuerto notamos que falta un pasaporte y entonces tenemos que regresarnos, luego rogar a otros pasajeros que nos dejen pasar antes que ellos, y así correr hacia la puerta derecha, incómodos con nuestros trajes o teniendo que arrastrar maletas pesadas, antes de que finalmente podamos llegar a nuestros asientos, bañados en sudor.
No todas las situaciones son tan dramáticas. Correr no significa nada más que hacer las cosas más rápido de lo normal. Esto no tiene que suceder durante un largo período de tiempo, ni tampoco se deben alcanzar velocidades récord, de hecho, con pocas excepciones, nos damos prisa todos los días.
No importa si es un soldador o un ejecutivo, si olvida una herramienta vital de su oficio debe volver a buscarla. Si otros están esperando, entonces tiende a apresurarse aún más, lo que puede conducir rápidamente a deficiencias de calidad o peor, puede perder el equilibrio, la tracción o la adherencia (por ejemplo, caerse en las escaleras) y las lesiones pueden ocurrir fácilmente.
La mala planificación no es más que una de las causas de la prisa, a menudo, la falta de atención juega un papel importante. En general, podemos suponer (ver Figura 1) que hay tres causas principales:
1. Mala planificación o un error (se olvida, por ejemplo, algo que se necesita con urgencia y que debe buscar). Para recuperar el tiempo perdido, se mete en una carrera frenética y hace las cosas más rápido de lo habitual.
2. El error o la mala planificación de otra persona hace que tenga que darse prisa.
3. Circunstancias externas, como atascos o equipos que se niegan a trabajar.
La tercera causa, las circunstancias externas, sin duda pueden provocar precipitaciones que al parecer no podríamos haber esperado de antemano, sin embargo, la falta de verificación de cualquier situación que encontremos nos hace responsables, en última instancia, de nuestra propia prisa. Cuando se trata de tráfico, podríamos conocer o no la ruta lo suficientemente bien y por lo tanto, el tiempo necesario para cubrirla, pero hay aplicaciones y servicios con información en vivo que siempre están a nuestra disposición.
Lo mismo ocurre cuando los errores relacionados con la planificación de otros nos llevan a una situación inesperadamente agitada. Si ya sabemos que alguien siempre llega tarde, entonces esto debería haberse considerado en la fase de planificación, ¿verdad? Todos conocemos a alguien con esta debilidad, por eso les decimos a algunas personas que vengan a cenar antes que otras, aunque sea frustrante tener que lidiar con tales patrones de comportamiento, son predecibles y por lo tanto, podemos ajustar nuestra propia planificación en consecuencia. Eso nos deja con personas que, generalmente llegan a tiempo, pero que nos llevan a problemas inesperados. No puede planear este caso porque probablemente ellos mismos cometieron un error, que los llevó a darse prisa y terminó produciendo un efecto negativo para usted.
Al observar las tres causas, la mayoría de las personas admiten libremente que son responsables de eventos inesperados en el 90 por ciento de todas las situaciones que abarca la prisa. Como muestra el ejemplo del aeropuerto, nunca planeamos tener prisa y vivir presionados por el tiempo, por lo tanto, realmente estamos compensando nuestros propios errores en 90 a 95 por ciento de los casos, lo que significa que, esto generalmente surge en actividades donde tenemos una cierta rutina.
Puede decir lo que quiera sobre una buena o mala planificación, pero nadie se va deliberadamente a un destino media hora antes de lo necesario simplemente para cubrir la posibilidad de un documento olvidado o dispositivo electrónico que necesite buscar. Esa sería simplemente una manera demasiado ineficiente de vivir.
Entonces, en pocas palabras, confiamos en poder confiar en nosotros mismos, lo que generalmente está bien, e incluso así, se producen repetidamente errores que pueden dar lugar a la prisa mientras intentamos recuperar el tiempo perdido, por un lado, esto se aplica a pequeños retrasos como el ejemplo del aeropuerto, por otro lado, la misma dinámica se desarrolla cuando se trata de errores importantes, por ejemplo, un capataz se olvida de traer la pieza del conector de 90 grados para una tubería de drenaje con el mezclador de concreto que dependerá de eso, luego el jefe acaba de anunciar una inspección, ¿qué tan rápido conducirá para buscar la parte que falta?
Una vez discutí esta situación “hipotética” con uno de nuestros consultores, que trabajaba en la construcción civil. Su respuesta fue: “Me sorprendieron haciendo 136Km/h, pero el policía me dejó ir cuando le conté lo que estaba pasando”. Lo interesante es que, aún cuando las patrullas de tráfico de hoy en día no permitirían que esta razón los influyera, la prisa parece ser perfectamente legítima para muchos, siempre y cuando, se trate de garantizar una producción eficiente o simplemente tener que ver con el trabajo en general.
En este caso, un error auto infligido causó la prisa. La mayoría de las veces tenemos prisa porque estamos llegando tarde, y como hemos visto, la razón de nuestro retraso no es que lo hayamos planeado de esa manera, sino porque sucedió lo inesperado, sin embargo, en el 90 por ciento de todos los casos, la responsabilidad de esto recae en nosotros mismos: Error humano.
Casi todos los errores nos cuestan tiempo, a veces más a veces menos. Algunos de ellos también nos cuestan dinero o nos causan ansiedad, lo que también es costoso. Dada la cantidad de errores que cometemos todos los días, no es de extrañar que tengamos tanta prisa, sin embargo, parece que nos sorprendemos una y otra vez diciendo “¡No puedo creer que esté corriendo a la puerta de embarque de nuevo!”, porque seguramente lo hubiéramos planificado de manera diferente.
ACTÍVESE: LO QUE PUEDE HACER CONTRA LA PRISA
Todos conocemos la expresión “el conocimiento es poder” pero solo cuando uno aplica su conocimiento, en realidad despliega su poder al iniciar cambios en el comportamiento. Cuando se trata de evitar momentos indefensos debemos capacitar a nuestros empleados en el método de auto-activación, y practicar hábitos de seguridad, como mover primero los ojos y luego mover el cuerpo. Cuando las personas conocen los cuatro estados y los errores inesperados, también pueden predecir cuándo es probable que estén con prisa, frustrados, cansados o autocomplacientes, por lo tanto, solo funcionen en piloto automático. La mayoría de nosotros también puede estimar qué errores son los que más tiempo consumen, o más costosos son para nosotros o para la empresa. Si pensamos en estos errores o no los cometemos tampoco nos sucederán, porque los hemos tratado con anticipación.
Solo porque sepamos de antemano cuándo es probable que entremos en uno o más de los cuatro estados, y podamos imaginar los peores escenarios, no significa que realmente estemos eludiendo estos escenarios. El requisito previo para evitar errores de manera proactiva, es saber lo que significa un contacto cercano y una comunicación relevante, relacionada con el tema entre los superiores, los oficiales de seguridad y los empleados, para que se puedan iniciar cambios de comportamiento en las empresas. Esto les da a los empleados el conocimiento que necesitan para comprometerse con su propia seguridad, y asumir la responsabilidad de ello. Si bien esta no es una idea fundamentalmente nueva, es una nueva forma de ver el compromiso de los empleados.
Vale la pena recordar cómo llegué a este entendimiento. Pasé los primeros 15 años de mi carrera enseñando a la gente cómo hacer observaciones de seguridad positivas y significativas. Esto significaba, observar lo que acababa de suceder y lo que había sucedido en el entorno de ese incidente. Nos enfocamos principalmente en los pasos concretos que el empleado había tomado, el flujo del proceso, etc. La idea detrás de estas observaciones de seguridad basadas en el comportamiento era, en primer lugar, corregir los comportamientos de alto riesgo de manera sostenible, en segundo lugar, fortalecer el comportamiento seguro. Todo esto tenía la intención de mejorar el comportamiento relacionado con la seguridad en el futuro.
Tenga en cuenta que el proceso discutido es siempre en el pasado. Además, casi todo en los comentarios que surgen en el curso de estas observaciones de revisión, se refiere a cosas tales como equipos de protección personal, procedimientos o reglas de seguridad, por lo tanto, el enfoque es más útil para tomar decisiones que para evitar errores inesperados en el futuro. Esto se debe en parte a que este último generalmente no se discute en absoluto, además, siempre es algo invasivo observar a otros en el trabajo, que según el tamaño del sitio y el entorno de trabajo exacto, tampoco es muy eficiente.
Es mucho más fácil hablar con las personas sobre los errores que podrían ocurrirles en el futuro. No tiene que verlos en el trabajo, puede hablar con ellos en casi cualquier lugar, dado que, solo está hablando en caso hipotético, como por ejemplo: “¿Qué podría suceder?” en lugar de “¿Qué acaba de suceder?”, también es menos invasivo, pero lo más importante, hace que la gente piense en los estados que pueden conducir a errores inesperados con consecuencias a veces serias. Esto les ayuda a usar la técnica de auto-activación de manera más rápida y eficiente, incluso cuando comienzan a derivar en uno o más de estos estados. Una vez que se auto-activan y vuelven al momento, la probabilidad de cometer un error inesperado y / o grave disminuye significativamente.
Eso significa que debemos enfocar nuestro compromiso en el futuro, preguntándonos qué podría suceder y qué condiciones pueden conducir a ello. Este enfoque es proactivo y relevante porque es prospectivo y demuestra lo que puede desencadenar en uno o más errores.
Una vez que haya identificado los estados, el siguiente paso es averiguar cuándo es más probable que se exponga a uno o más de ellos. La mayoría de las personas sabe cuándo se enfadan o se cansan. Justo antes de que esto suceda, por ejemplo, previo a un cambio de turno, pueden configurar una alarma para llamar la atención sobre el estado peligroso (“Evaluar su Estado”). Esto hace que la activación automática sea más eficiente. Estas son herramientas simples que cualquiera puede usar y muy efectivas para prevenir futuros errores inesperados, también promueven un compromiso mínimo, significativo y voluntario. Es crucial centrarse en el futuro y no demasiado en lo que ya sucedió, así será mucho más fácil de hablar con los empleados, sin mencionar las mejoras en la organización y la administración. Lo que hace que este método sea aún más valioso, es que las personas piensen de manera proactiva, sobre cómo prevenir el próximo gran error.
FACTORES HUMANOS: LA CAUSA DE CASI TODOS LOS ERRORES
Con este cambio de paradigma, nuestra serie de artículos llega a su fin. ¡Gracias por llegar hasta aquí! Seamos realistas, no todos los libros se leen hasta el final. En las doce entregas, hemos tratado muchos temas. Si alguien le pregunta en el futuro “¿Por qué la gente va con prisa?” o “¿Qué causa las lesiones involuntarias?”, espero que ya no diga “mala planificación” o “peligros”.
Usted puede, si así lo desea aplicar todas estas ideas y enfoques, transmitiéndoselos a sus empleados y colegas, porque eso significaría hacer que las personas piensen en la energía peligrosa en combinación con la energía cinética, en las tres fuentes de eventos inesperados, en por qué las actividades más peligrosas no necesariamente conducen a las lesiones más graves, qué son los errores críticos y qué significan los momentos indefensos, qué conceptos de la neurociencia subyacen al estado de autocomplacencia, cómo los cuatro estados afectan la toma de decisiones, y también por qué no cometemos la mayor cantidad de errores cuando aprendemos algo nuevo. ¡No es exactamente fácil de explicar, como para hacerlo con tan solo algunos minutos juntos en un ascensor!
Quizás es más fácil decir que “La prisa, la frustración, el cansancio y la autocomplacencia” son responsables por la mayoría de nuestros errores, o si es una oportunidad muy corta: “El error humano”.
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One thought on “#12 – Lo que realmente causa prisa y una perspectiva diferente sobre el compromiso de los empleados”
Totalmente deacuerdo con el articulo, en mi experiencia en la industria ocurrieron accidentes en personas con una larga experiencia en su area de trabajo. Sin embargo recuerdo que en una ocasion instalando un ventilador de lobulos ocurrio un accidente al lesionarse un dedo, esto debido al movimiento del equipo en accion inversa por abrir una valvula no asegurada?
Esta actividad ejecutada con frecuencia introdujo prisa pues requerian con urgencia el equipo pero tambien exceso de confianza o complacensia.
Si en esa oportunidad se hubiesen bloqueado los circuitos relacionados con este equipo y bloqueada las partes moviles no hubiese ocurrido el error.
Descargue gratis el artículo #12 Rompiendo Paradigmas – Lo que realmente causa prisa y una perspectiva diferente sobre el compromiso de los empleados – ¡En PDF!
Cuando Ud. le pregunta a la gente ¿Qué es más importante: peligro o error humano? obtendrá muchas perspectivas diferentes. Este artículo explora esas perspectivas e introduce una nueva forma de pensar sobre los peligros y la energía peligrosa.
#2 – Las tres fuentes principales de eventos inesperados
El punto crítico es darse cuenta de que, en términos lógicos, solo puede haber tres fuentes de eventos inesperados: 1) Usted mismo hace algo inesperado. 2) Alguien más hace algo inesperado. 3) Algo inesperado sucede sin ser activado por nadie en particular.
#3 – La tercera dimensión de la evaluación de riesgos
Siempre ha sido difícil evaluar con precisión los peligros. Cuando se trata de seguridad laboral, la Matriz de Riesgos clásica debe extenderse por una dimensión. Aprenda por qué y cómo usarlo para mejorar la evaluación de riesgos.
"Suerte": a menudo usamos esta excusa cuando hablamos de accidentes y lesiones menores, sin embargo, observe detenidamente y encontrará que los accidentes y las lesiones tienen poco que ver con la suerte. Lea aquí lo que realmente hace la diferencia.
#5 – Equilibrio de la progresión, finalización eventual del juicio de seguridad y desarrollo de habilidades
Cuanto mejor somos en algo, menos nos lastimamos, pero si confiamos demasiado en la rutina, nos volvemos autocomplacientes, lo que conduce a consecuencias graves.
#6 – El patrón de riesgo de estado a error y el concepto de auto-activación
Con las técnicas de reducción de errores críticos, se pueden evitar los errores antes de que ocurran. ¿Cómo? Hemos desarrollado el concepto de auto-activación para tratar las condiciones emocionales y físicas, incluso antes de que ocurran errores críticos y lesiones.
#7 – La neurociencia detrás de las técnicas de reducción de errores críticos
Los errores ocurren más rápido que el pensamiento. Reaccionar en tiempo real es crucial. El entrenamiento de nuestra mente subconsciente es la base para la velocidad refleja. ¡Con las TRECs, la capacidad de reacción puede ser tan rápida como un rayo!
#8 – La continuidad de la autocomplacencia y “Cuándo” vs. “Qué”
Paradójicamente, cuanto más expertos somos, mayor es el riesgo de error, lesiones y accidentes. El hábito es el culpable: si no tenemos los ojos ni la mente en la actividad ni que sea por un momento, estamos "indefensos". Le explicamos cómo reaccionar de manera oportuna.
#9 – Decisiones críticas – Parte 1: Riesgo normal vs. hacer una excepción
Muchos accidentes y lesiones son el resultado de errores involuntarios, pero ¿qué pasa si somos conscientes de que estamos asumiendo un riesgo al "ignorar" una regla? He aquí por qué repetidamente tomamos malas decisiones cruciales y cómo podemos evitarlas.
#10 – Decisiones críticas – Parte 2: Riesgo deliberado y error
¿Cuándo tendemos a aumentar deliberadamente nuestro riesgo? ¿Qué riesgos preferimos sobre los demás? A menudo actuamos bajo la ilusión de tener todo bajo control, pero es muy frecuente que un error aumente significativamente nuestro riesgo de accidentes y lesiones.
#11 – Mejora la calidad, la eficiencia de la producción y las relaciones con los clientes
Ya sea detrás de una máquina, de un volante o de la mesa, los errores también ocurren en las actividades de rutina, en promedio de 15 a 30 por día, afectando la calidad y la eficiencia de la producción. Con el enfoque correcto, el potencial de mejora es del 40 por ciento.
Totalmente deacuerdo con el articulo, en mi experiencia en la industria ocurrieron accidentes en personas con una larga experiencia en su area de trabajo. Sin embargo recuerdo que en una ocasion instalando un ventilador de lobulos ocurrio un accidente al lesionarse un dedo, esto debido al movimiento del equipo en accion inversa por abrir una valvula no asegurada?
Esta actividad ejecutada con frecuencia introdujo prisa pues requerian con urgencia el equipo pero tambien exceso de confianza o complacensia.
Si en esa oportunidad se hubiesen bloqueado los circuitos relacionados con este equipo y bloqueada las partes moviles no hubiese ocurrido el error.